Apalancamiento inmobiliario Multiplica tu Capital en Chile

Persona sosteniendo el periodico en la sección de negocio buscando como hacer apalancamiento inmobiliario

En el vasto y competitivo mercado de bienes raíces, el concepto de apalancamiento inmobiliario emerge como una de las herramientas más potentes y, a la vez, complejas a disposición del inversor. 

Lejos de ser una mera técnica financiera, el apalancamiento es una filosofía de inversión que permite a los individuos adquirir activos de un valor considerablemente mayor al de su capital propio disponible. 

En Chile, donde la inversión inmobiliaria se ha consolidado como un vehículo atractivo para la construcción de patrimonio, comprender y aplicar estratégicamente el apalancamiento es clave para multiplicar la rentabilidad y acelerar el camino hacia la independencia financiera. 

Este artículo desglosará en profundidad qué es el apalancamiento inmobiliario, sus tipos, cómo se implementa en proyectos, los riesgos inherentes y cómo determinar si es una decisión financiera acertada.

Concepto de Apalancamiento Inmobiliario

El apalancamiento inmobiliario se define como el uso de capital prestado (deuda) para financiar la adquisición de una propiedad para invertir, con el objetivo de aumentar la rentabilidad potencial sobre la inversión inicial de capital propio. 

En esencia, significa que un inversor utiliza una cantidad relativamente pequeña de su propio dinero (el pie o enganche) y complementa el resto con un crédito (generalmente un crédito hipotecario). 

La expectativa es que el rendimiento generado por la propiedad (a través de rentas y/o plusvalía) no solo cubra los costos del financiamiento (intereses del crédito), sino que también genere un excedente que se traduzca en una tasa de retorno sobre el capital propio significativamente superior a la que se obtendría invirtiendo solo con fondos propios.

Apalancar un inmueble implica, por tanto, hacer que una inversión de capital limitado controle un activo de mayor valor. Por ejemplo, si se compra una propiedad de $100.000.000 CLP aportando un pie de $20.000.000 CLP y el resto con un crédito de $80.000.000 CLP, se está apalancando la inversión en una proporción de 4 a 1 ($80M de deuda por $20M de capital propio). 

Si la propiedad se valora y genera rentas, el porcentaje de ganancia sobre los $20.000.000 CLP invertidos será mucho mayor que si se hubieran invertido los $100.000.000 CLP directamente. Es un multiplicador de la rentabilidad, pero también de los riesgos.


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Tipos de Apalancamiento

Aunque el término “tipos de apalancamiento” puede referirse a apalancamiento operativo o financiero en un contexto empresarial general, en el ámbito de la inversión inmobiliaria, cuando se habla de apalancamiento, se hace referencia casi exclusivamente al apalancamiento financiero. No obstante, para una comprensión más completa, es útil diferenciar:

Apalancamiento Financiero

Este es el tipo de apalancamiento central en bienes raíces. Consiste en el uso de deuda (principalmente créditos hipotecarios) para financiar la adquisición de activos. Permite al inversor controlar una propiedad de alto valor con una inversión de capital propio mucho menor. Si la rentabilidad del activo supera el costo de la deuda, el apalancamiento financiero es positivo y amplifica las ganancias. Es la base de la mayoría de las estrategias de inversión inmobiliaria a gran escala.

Apalancamiento Operativo (o de Negocio)

Aunque menos directo en la adquisición de una propiedad, el apalancamiento operativo se refiere al uso de costos fijos en la operación de un negocio (en este caso, el negocio de la inversión inmobiliaria). Por ejemplo, si un inversor posee múltiples propiedades y contrata a un administrador de propiedades a sueldo fijo, o invierte en un software de gestión con un costo mensual fijo, estos costos fijos pueden generar un mayor retorno a medida que el portafolio de propiedades crece. Si el volumen de operaciones aumenta, los costos fijos se diluyen, aumentando la rentabilidad por unidad. Este tipo de apalancamiento se relaciona más con la eficiencia en la gestión del portafolio.

Apalancamiento Combinado

Es la combinación de apalancamiento financiero y operativo. Un inversor utiliza deuda para comprar múltiples propiedades y, a la vez, implementa estrategias de gestión con costos fijos que optimizan la operación de su creciente portafolio. Este enfoque busca maximizar la rentabilidad de manera integral.

En el contexto de la inversión inmobiliaria para el público chileno, el apalancamiento financiero a través del crédito hipotecario es, con gran diferencia, el tipo de apalancamiento más relevante y comúnmente aplicado.

Apalancamiento en Proyectos Inmobiliarios

Apalancar un proyecto inmobiliario implica utilizar deuda en diversas fases del desarrollo o la adquisición de propiedades para magnificar los retornos. Esto puede manifestarse de varias maneras:

  1. Apalancamiento en la Compra: El uso de un crédito hipotecario para adquirir una propiedad, ya sea un departamento, casa, local comercial o terreno. El inversor aporta un pie y el banco financia el resto. Esta es la forma más común y directa de apalancamiento.
  2. Apalancamiento en la Construcción: Para proyectos de desarrollo, se pueden obtener créditos puente o créditos de construcción que financian las distintas etapas de la obra. Estos se suelen pagar con la venta de las unidades una vez terminadas.
  3. Apalancamiento para Remodelación (Flipping): En estrategias como el flipping inmobiliario, se puede recurrir a créditos de corto plazo o líneas de crédito para financiar las remodelaciones y mejoras de una propiedad, con la expectativa de una venta rápida y un retorno elevado sobre el capital invertido en la refacción.
  4. Refinanciamiento para Nueva Inversión: Una estrategia avanzada es refinanciar una propiedad ya pagada o con baja deuda (liberando parte de su plusvalía en efectivo) para utilizar ese capital en la adquisición de una nueva propiedad. Esto permite que el capital inicial se reutilice y siga generando rentabilidad.

Recomendaciones sobre Tipos de Apalancamiento

Para la mayoría de los inversores inmobiliarios en Chile, especialmente los principiantes, el apalancamiento financiero a través de créditos hipotecarios es el más accesible y recomendable. Sin embargo, su aplicación debe ser prudente y estratégica.

  • Apalancamiento Financiero (Crédito Hipotecario): Es recomendable cuando:
    • La tasa de interés del crédito es inferior a la rentabilidad esperada de la propiedad (incluyendo arriendos y plusvalía). Esto asegura un apalancamiento positivo.
    • Se tiene un flujo de caja positivo proyectado (el arriendo cubre el dividendo y los gastos).
    • El inversor tiene una capacidad de endeudamiento suficiente y un fondo de emergencia para absorber periodos de vacancia o reparaciones.
    • Las tasas de interés del mercado son atractivas.
  • Apalancamiento Operativo: Es recomendable para inversores con un portafolio de propiedades en crecimiento, ya que permite optimizar la gestión y reducir el costo por unidad a medida que se escala.

Evitar el apalancamiento excesivo en créditos de consumo para financiar propiedades, debido a sus altas tasas de interés y plazos más cortos, que pueden generar un apalancamiento negativo y comprometer gravemente la estabilidad financiera.

Riesgos Asociados al Apalancamiento

Si bien el apalancamiento inmobiliario ofrece un potencial de ganancia amplificado, también conlleva riesgos significativos que deben ser gestionados con cautela:

  1. Apalancamiento Negativo: Ocurre cuando el costo del crédito (intereses, seguros, etc.) supera la rentabilidad que genera la propiedad. Esto se traduce en pérdidas, ya que la deuda te cuesta más de lo que el activo te rinde.
  2. Riesgo de Liquidez: Las propiedades son activos ilíquidos. Si necesitas vender rápidamente y el mercado está a la baja, podrías incurrir en pérdidas, especialmente si tienes un alto nivel de deuda.
  3. Variación de Tasas de Interés: Si se opta por un crédito con tasa variable, un alza inesperada en las tasas de interés puede aumentar significativamente el dividendo mensual, afectando el flujo de caja y la capacidad de pago.
  4. Vacancia o Impago de Arrendatarios: Si la propiedad no se arrienda por un tiempo o el arrendatario no paga, el inversor debe seguir cubriendo el dividendo del crédito, lo que puede generar una presión financiera considerable.
  5. Desvalorización de la Propiedad: Si el valor de la propiedad disminuye (por ejemplo, por cambios en el mercado, problemas en el sector), el inversor podría deber más de lo que vale el activo, complicando una eventual venta o refinanciamiento.
  6. Costos Imprevistos: Reparaciones mayores, cambios en las normativas o aumentos inesperados en gastos comunes o contribuciones pueden impactar la rentabilidad y el flujo de caja, especialmente con un margen de apalancamiento ajustado.

Evaluación del Apalancamiento: Beneficios y Desafíos

Saber si el apalancamiento es bueno o malo depende de una evaluación integral de la situación del inversor y del mercado.

Beneficios de un Apalancamiento Inteligente (Bueno):

  • Multiplicación de la Rentabilidad: Permite obtener un retorno sobre el capital propio mucho mayor al que se conseguiría sin deuda.
  • Adquisición de Activos Mayores: Facilita la compra de propiedades de alto valor que, de otra forma, estarían fuera del alcance del inversor.
  • Preservación de Capital Propio: Libera capital para otras inversiones o para mantener un fondo de emergencia robusto.
  • Generación de Ingresos Pasivos: La deuda es pagada por el arrendatario, generando un flujo de caja que contribuye a la independencia financiera.

Desafíos y Riesgos de un Apalancamiento Excesivo (Malo):

  • Ampliación de Pérdidas: Si la inversión no rinde lo esperado o su valor disminuye, las pérdidas se magnifican debido a la deuda.
  • Estrés Financiero: Altas cuotas de dividendos, especialmente en periodos de vacancia o imprevistos, pueden generar una gran presión.
  • Menor Flexibilidad: Un alto endeudamiento reduce la capacidad de endeudamiento futura y la flexibilidad para responder a oportunidades o crisis.

Un apalancamiento es bueno cuando el inversor tiene un conocimiento profundo del mercado, una estrategia clara, una capacidad de pago sólida, y un fondo de emergencia que le permite absorber los riesgos. Es malo cuando se asume por desconocimiento, sin planificación adecuada, con un endeudamiento excesivo o en un mercado inestable.

Porcentaje Óptimo de Apalancamiento

No existe un porcentaje de apalancamiento universalmente “bueno”, ya que este depende del perfil de riesgo del inversor, su capacidad de endeudamiento, el tipo de propiedad y las condiciones del mercado. Sin embargo, en el contexto chileno de inversión inmobiliaria, algunas pautas generales son:

  • Para propiedades residenciales de arriendo: Un apalancamiento que implique un pie del 20% al 30% del valor de la propiedad (es decir, financiamiento del 70% al 80%) es comúnmente utilizado y considerado prudente. Permite un buen nivel de apalancamiento sin sobrecargar al inversor con un dividendo excesivo o un riesgo de desvalorización muy elevado.
  • Para proyectos de desarrollo o flipping: El apalancamiento puede ser mayor, pero con créditos de corto plazo y muy específicos que se liquidan rápidamente con la venta del activo mejorado. Aquí, el porcentaje de financiamiento puede incluso superar el 80%, pero bajo condiciones y garantías muy distintas.
  • Consideraciones del flujo de caja: Más allá del porcentaje, es crucial que el flujo de caja proyectado (renta menos gastos operativos y dividendo) siga siendo positivo y deje un margen para imprevistos. Si un apalancamiento del 90% aún permite un flujo de caja positivo robusto y el inversor tiene un fondo de emergencia, podría ser aceptable para perfiles de alto riesgo, aunque menos común.

La clave es encontrar un equilibrio entre el deseo de multiplicar la rentabilidad y la necesidad de mitigar los riesgos. Un porcentaje “bueno” es aquel que maximiza la rentabilidad sin comprometer la solidez financiera del inversor.

Cálculo del Apalancamiento

El cálculo del apalancamiento se puede expresar de varias maneras, pero la más directa en el contexto inmobiliario es a través del ratio de endeudamiento o la relación entre deuda y capital propio.

La fórmula general más utilizada para entender el nivel de apalancamiento financiero es:

Ratio de Endeudamiento sobre Activos:

Ratio de Endeudamiento sobre Activos= Deuda Total​ / Valor Total del Activo

Ejemplo: Si compras una propiedad de $100.000.000 CLP y financias $80.000.000 CLP con un crédito hipotecario:
Ratio=$100.000.000 CLP$80.000.000 CLP​=0.8 o 80%
Esto indica que el 80% de la propiedad está financiado con deuda.

Para entender el efecto multiplicador en la rentabilidad sobre el capital propio (el verdadero atractivo del apalancamiento), se utiliza el concepto de apalancamiento positivo o negativo, que compara la rentabilidad del activo con el costo de la deuda. Sin embargo, no hay una fórmula simple para el “apalancamiento” per se que muestre el multiplicador, sino que se observa en cómo el ROI sobre el capital propio es superior al ROI sin deuda.

Cash-on-Cash Return

Un enfoque simplificado para el inversor es calcular la rentabilidad sobre el pie invertido (Cash-on-Cash Return):

Cash-on-Cash Return= (Flujo de Caja Anual Neto (después de dividendo y gastos) / Capital Propio Invertido (pie + gastos de cierre)) ​×100

Si este porcentaje es significativamente superior a la rentabilidad del activo sin considerar el apalancamiento, se está logrando un apalancamiento positivo.

Conclusión

El apalancamiento inmobiliario es una poderosa estrategia inmobiliaria para multiplicar tu capital en Chile, permitiendo a los inversores adquirir propiedades de mayor valor y generar rentabilidades amplificadas sobre su capital propio. 

Sin embargo, su uso debe ser inteligentemente gestionado, comprendiendo los distintos tipos de apalancamiento, los riesgos asociados y las métricas para su evaluación. 

Un apalancamiento financiero responsable, con un análisis riguroso de la capacidad de pago, un fondo de emergencia y una estrategia clara de flujo de caja, es fundamental para transformar la deuda en una aliada sólida en la construcción de un patrimonio inmobiliario exitoso y sostenible en el dinámico mercado chileno.

Preguntas Frecuentes

¿Qué es el apalancamiento inmobiliario?

Es el uso de capital prestado (deuda, generalmente un crédito hipotecario) para financiar la compra de una propiedad, con el fin de aumentar la rentabilidad potencial sobre el capital propio invertido.

¿Qué significa apalancar un inmueble?

Significa que con una inversión de capital propio relativamente pequeña (el pie), el inversor puede controlar un inmueble de un valor mucho mayor, utilizando la deuda para financiar el resto.

¿Cuáles son los tipos de apalancamiento más relevantes en el sector inmobiliario?

Principalmente el apalancamiento financiero (uso de deuda como el crédito hipotecario), aunque en un sentido más amplio también existe el apalancamiento operativo (uso de costos fijos para optimizar la gestión de un portafolio).

¿Qué tipo de apalancamiento es más recomendable?

Para la mayoría de los inversores, el apalancamiento financiero con créditos hipotecarios es el más accesible y recomendable, siempre que la rentabilidad de la propiedad supere el costo de la deuda y se mantenga un flujo de caja positivo.

¿Qué riesgos tiene el apalancamiento?

Los riesgos incluyen apalancamiento negativo (costo de deuda mayor que la rentabilidad), riesgo de liquidez, variación de tasas de interés, vacancia o impago de arriendos, desvalorización de la propiedad y costos imprevistos.

¿Cómo saber si el apalancamiento es bueno o malo?

Es “bueno” si magnifica las ganancias sobre el capital propio sin comprometer la estabilidad financiera. Es “malo” si amplifica las pérdidas o genera estrés financiero debido a un endeudamiento excesivo sin una planificación sólida.

¿Qué porcentaje de apalancamiento es bueno?

No hay un porcentaje único. Para propiedades residenciales de arriendo en Chile, un pie del 20% al 30% (financiando 70% a 80%) es común. Lo crucial es que el flujo de caja proyectado sea positivo y haya margen para imprevistos.

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